Adam Ondra ha pasado una semana en Valencia y durante su estancia ha revolucionado completamente el panorama de la escalada en Montanejos tachando las vías más duras de la escuela y poniendo el punto de mira en futuros proyectos de calibre mundial. Hemos tenido el honor de poder compartir con él cuatro intensos días de escalada en los que le hemos recomendado vías, asegurado y hecho un pequeño reportaje fotográfico, con entrevista incluida.
La visita del mejor escalador del mundo a Valencia no es una casualidad. Tras un par de años en conversaciones con Hippie Actitud, escalador y equipador local de Montanejos, finalmente Adam Ondra ha podido aprovechar uno de sus compromisos con EuroHolds, fabricante de presas setabense con quien colabora estrechamente desde hace un par de años, para conocer esta mítica escuela castellonense. Y es que se trata de una de las zonas de escalada más grandes y conocidas de toda la Comunitat Valenciana pionera de la escalada deportiva de alta dificultad a nivel nacional e internacional, en la que sus sinuosos muros de roca caliza rezuman historia.
El pegue perfecto
El pasado miércoles Adam aterrizaba en Valencia y sin perder ni un minuto se dirigía a Montanejos, donde ya tenía muy claro su objetivo del día: encadenar El Gran Bellanco a vista. Se trata de la vía encadenada más dura hasta el momento (propuesta de 9a) del sector Pilas Alcalinas, en el Barranco de la Maimona, un sector emblemático de la escuela con vías muy físicas repletas de pasos largos y atléticos en un gran desplome. La vía en cuestión fue equipada por C. González y J. Lechuga en 1997 y reequipada más tarde por Nuria Martí y Pedro Pons en 2003. La primera ascensión de la vía corre a cargo de Pedro Pons y cuenta con repeticiones de Ramon Julián (2009), Jose Luis Palao «Primo» (2015), Juantxo Pons (2015), Alex Garriga (2021), Beto Rocasolano (2023) y Jonatan Flor (2023).
Adam calienta en la vía que le da nombre al sector para hacer después un 8a+ como si nada. Tras un buen reposo y estudiar la vía minuciosamente desde el suelo, se planta debajo y se empieza a calzar los pies de gato. La expectación crece y todos tomamos posiciones rápidamente para no perdernos ni un solo detalle. Adam despega del suelo con una marcada respiración mientras el silencio es sepulcral entre las pocas personas que compartimos el privilegio de presenciar este momento único.
La escalada fluye con precisión y después del primer tercio de la vía encuentra un reposo de rodilla inédito, que había detectado desde el suelo. Verlo reposar boca abajo y soltando manos donde nunca antes nadie lo había hecho nos confirma que sabe muy bien lo que está haciendo. Tras el reposo le siguen un par de pasos no demasiado duros hasta llegar a otro reposo, un poco más activo. A partir de ahí, solo queda la última sección clave de la vía con pasos bastante difíciles y en la que ya no hay posibilidad de relajarse hasta llegar a la reunión. Se produce el primer gemido de esfuerzo, seguido por otro a cada movimiento que realiza. Sentimos que se está exprimiendo al máximo y parece que pueda caer en cualquier momento, pero no comete ningún error y paso a paso va avanzando metros hasta que llega a la cadena de una manera sólida e impecable.
Apenas podemos creer lo que acabamos de presenciar, estamos completamente boquiabiertos. En cuanto pasa la cuerda por el último mosquetón de la vía, emitimos aliviados vítores de alegría. La ascensión ha sido corta, pero la tensión y la emoción vividas han sido enormes. En cuanto pisa el suelo nos abalanzamos para felicitarle y abrazarle. Es difícil de imaginar quién está más contento después de este encadene histórico.
Todavía sin haber asimilado del todo lo que acaba de suceder, Adam vuelve al Bellanco sin pensárselo demasiado para posar para su fotógrafo, Petr Chodura. Objetivo del día cumplido, pero Adam quiere más. Tras un descanso frugal se vuelve a atar la cuerda para probar la vía vecina, un proyecto de 9a+(?) de Pedro Pons. Realiza los movimientos con mucho empeño y estima que puede rondar el 9b+. «Las presas de mano no son pequeñas pero no hay presas para los pies y sin apenas descansos hace que la dificultad se dispare.» – nos comparte. Su ilusión por haber encontrado un reto a su altura es más que palpable.
Está casi anocheciendo pero Adam es un verdadero fanático y no quiere irse del sector sin escalar todo lo que pueda. Al parecer todavía le queda energía para llevarse un 8b. Ahora ya sí que recogemos y nos vamos con la sensación de haber vivido un momento mágico e irrepetible.
Una lección de ética
Adam está en un muy buen momento de forma física y quiere aprovecharlo para realizar el máximo número de vías de 9a a vista posibles. El sábado nos dirigimos a la siguiente parada lógica: la Cova Negra. La vía más conocida del sector y el segundo 9a confirmado de la escuela es La Parada de los Monstruos, una vía de 40 metros de puro desplome. Adam repite su estrategia: calienta en un par de vías de la cueva y se planta en la base de La Parada decidido para estudiarla minuciosamente. Pide a Petr, que haga un par de fotos a algunas presas para poder verlas con más detalle. Antes de dar el pegue desaparece unos minutos para meditar y concentrarse.
Al tratarse del fin de semana, hay muchísima más expectación en el sector entre escaladores, senderistas y mirones, pero a Adam parece no afectarle demasiado. Empieza a escalar y todo iba bien hasta que de repente se rompe una presa quedándose colgando a un solo brazo y grita: «¡No es ético, pilla!». Nos cuesta entender lo que acaba de pasar y tenemos que revisar una y otra vez los vídeos para comprender lo que Adam nos intenta explicar: mientras dudaba si escalar hacia la izquierda o hacia la derecha y justo en el momento en el que se decidía por una secuencia, el trozo de roca donde tenía empotrada la rodilla se rompe produciéndole una caída en la que el talón se le enreda en la cuerda tensándola apenas lo suficiente como para que Adam considere que le ha ayudado un poco, por lo que no sería ético proseguir con el encadenamiento.
«No iba a caer realmente y hubiera sido muy interesante ver lo que hubiera pasado más arriba. ¡Hubiera sido una buena lucha!» – se lamenta. Tenemos que esforzarnos para comprenderlo y nos damos cuenta todos del altísimo nivel de exigencia que se impone Adam en sus encadenes y de su ejemplar estándar ético. Acabamos de aprender una lección que no olvidaremos nunca.
Tras probar un poco los siguientes pasos y comentar la secuencia clave de arriba con Dani Andrada y Jonatan Flor, que llevan un par de semanas escalando y equipando decenas de vías de altísimo nivel en la Cova, se baja para darle un segundo pegue y encadenar esta magnífica vía con una facilidad y rapidez de vértigo. La celebración es corta pues el día no ha terminado aún: nos dirigimos al Estrecho de Mijares para finalizar la jornada de una manera muy especial.
En busca de aventura
La experiencia nos dice que realizar un 9a en el día no es suficiente para cansar a Adam y no nos sorprende que esté buscando un nuevo reto para completar la jornada: escalar una nueva vía en el Estrecho de Mijares.
Podría sonar surrealista para cualquier otra persona, pero no para Adam. Corriendo a contrarreloj para que no se haga de noche, se equipa junto a su compañero de cordada Alvaro Vernich y se deciden a comenzar esta vía de 100 metros de longitud equipada para la ocasión por su amigo Hippie Actitud.
El primer largo se trata de una placa muy técnica hasta un techo bien marcado en la parte final donde hay un buen paso de bloque para superarlo con una dificultad total de 8a. El segundo largo es el clave: una finísima placa con una arista abierta a la izquierda muy falta de presas. Mientras Adam escala se rompe una regleta clave y cae para el asombro de todos. Se mira los siguientes pasos y baja junto a Alvaro para lograr encadenarlo desde el principio. Lo consigue sin demasiados problemas y gradúa el largo de 8b+ (con la regleta rondaría el 8a+, nos asegura más tarde). El último largo es el más amable con dificultades hasta 6c.
Ya es de noche y toca recoger todo para ir a cenar un buen churrasco a la piedra en el pueblo. La cena está sembrada de conversaciones fanáticas, regalos y muchas risas. Nos despedimos de Adam y de todo su equipo esperando poder volver a verlos pronto.
Cambio de planes
La visita de Adam debería de haberse concluido con la escalada en el Estrecho, pero un percance con su furgoneta les fuerza a quedarse en Valencia un par de días más y renunciar a su plan inicial de ir a Annot a intentar Bon Voyage, un 9a trad de James Pearson. Obligado a cambiar de planes, Adam sabe aprovechar la oportunidad y decide volver a la vía que le ha estado rondando por la cabeza desde que la probó: El Maquinista.
Un reducido grupo volvemos con él el lunes a escalar en la Maimona. Esta vez la concentración es máxima ya que no hay ningún cámara (excepto Petr) ni ningún mirón (excepto una tranquila pareja de suizos que se limita a escalar en la parte derecha del sector). Podemos disfrutar de la compañía de Adam de una manera mucho más relajada e íntima, nos asegura en nuestras vías y bromeamos sin parar. Esta vez la estrategia es un poco diferente. Calienta en un humilde 7a y se mete directo en el proyecto. Enseguida encuentra nuevos métodos y reposos y piensa que la puede encadenar bastante rápido. De hecho en el último pegue del día casi se la lleva.
De camino hacia el parking, le enseñamos fugazmente la famosa travesía de Pedro Pons La Patera, en el sector del Techo Copón, que recuerda de su infancia del legendario video País de Roca. Se le iluminan los ojos mientras mira con recelo las minúsculas regletas magneseadas imaginándose los movimientos. Emana motivación por cada poro.
Al día siguiente vuelve decidido a tachar este proyecto que ha estado esperando más de 20 años una primera ascensión. Tras volver a calentar en un 7a y revisar los pasos del proyecto, la encadena al siguiente intento. Esta vez ya no nos sorprende tanto el encadenamiento, aunque sí que consigue impresionarnos todavía más. Y es que la secuencia de movimientos realizados y las posiciones de reposo parecen realmente complejas. Indeciso por la rapidez del encadene Adam propone 9a+/b, a confirmar por futuros repetidores. Sin duda un gran hito en la historia de la escalada en Montanejos, pero como a estas alturas os podréis imaginar el día todavía no ha terminado para Adam.
Cuando parte del grupo ya está recogiendo y estamos pensando en cómo celebrar el encadene, Adam decide darle un pegue a La Patera que resuelve al primer intento. Más tarde, durante el viaje de vuelta a Valencia, Adam se da cuenta mirando un vídeo que sin querer a usado a uno de los picados que no integran la travesía original. ¡Una verdadera lástima! Sin duda, una práctica de otra época que por suerte para futuras generaciones está cada vez menos de moda. Aún así, la lista de encadenes de Adam en solo cuatro días de escalada por Montanejos es inverosímil.
Una semana para recordar
No estamos acostumbrados a que la élite mundial de la escalada deportiva visiten las escuelas de la terreta. Seguramente la falta de vías confirmadas de alto nivel sea uno de los motivos, ya que no será por falta de roca de calidad o de potencial para vías duras. Esta visita sin precedentes del mejor escalador del mundo junto con la gran labor de desarrollo y equipamiento que están realizando Dani y Jonatan va a producir un gran revuelo mediático que va a volver a situar Montanejos en el mapa internacional de la escalada de máxima dificultad marcando un antes y un después y que repercutirá positivamente en el desarrollo de este deporte, del turismo y de la economía de la zona.
Podemos afirmar que ha sido una semana que recordaremos toda nuestra vida. ¡Esperamos volver a veros pronto por estas tierras, amigos!
Texto y fotos: Pablo Benedito
Hola Pablo,
Según una fuente en contacto directo con Adam, «La patera» no la hizo, cogió un tallado. Como es una travesía donde no se usan los tallados de «Manolo el lolo» ni de «No tan rasvides» es normal que se haya equivocado de agarres, se necesita hablar con alguien que conozca bien las vías del sector para poder probar la travesía.
Por otro lado comentar que añadir un anclaje más a una vía que ya han intentado más escaladores, sin debatirlo previamente y sin encontrar consenso a favor, es una equivocación, al fin y al cabo yo dejé en su momento la vía con dos caídas y todos los movimientos y mosquetoneos resueltos, añadir que los demás escaladores que la intentaron no tuvieron problema alguno con los seguros. Creo que ahí Adam ha «patinado», lástima porque realmente las escaladas han sido memorables.
Hola Pedro,
Tienes toda la razón en cuanto al picado de «La patera» y ya lo he puntualizado en la noticia.
Lo de modificar los anclajes de una vía existente, creo que no es algo a tomar a la ligera, y dudo que Adam lo haga. Desde luego que preguntar al equipador así como a la comunidad local, siempre que sea posible, favorece la conciliación.
Tras resolver el chapaje original, Adam consideró más lógico mosquetonear desde el reposo de rodilla que en mitad de la secuencia. Teniendo en cuenta que Adam es un experto encontrando ‘rodillas’ donde nadie antes las ha visto (como en el Bellanco) y que el uso de musleras en escalada no estaba tan extendido hace veinte años como hoy en día, ¿es posible que no se tuviera conocimiento de ese reposo en el momento de equipar la vía? En mi opinión y con la poca información que tengo al respecto, que la vía haya recibido una primera ascensión es una buena noticia, aunque para ello se haya añadido un anclaje adicional. Además es probable que facilite la tarea a futuros repetidores que usen el mismo método.
Hola Pablo,
después de muchos años empujando la escalada de dificultad en Montanejos me alegra ver que se repiten las vías y que aparecen nuevas caras buscando la máxima dificultad, especialmente si además dejan nuevas líneas como están haciendo Jonatan Flor y Dani Andrada. Creo que uno de los aspectos más interesantes de nuestro deporte es la posibilidad de probar los retos que otros dejaron antes en unas condiciones sustancialmente iguales, no tengo una visión intransigente al respecto pero creo que añadir seguros extra a las vías según necesidades personales y sin buscar información al respecto de aquellos que puedan tener una clara vinculación con la vía (equipadores o «intentadores») es un error y hasta ahora una conducta reprobada por el colectivo escalador. Realmente creo que Adam podía haber repetido la vía tal y como estaba aunque tal vez con algún intento más, y no quedaría una errónea interpretación de que podemos modificar las vías según nuestros intereses particulares. Pero esto es sólo la opinión de alguien que dedico muchos esfuerzos para equipar e intentar la vía con menos seguros 😉
En cualquier caso esto sólo es una invitación a la reflexión sin ánimo de desmerecer la realización.
¡Una opinión muy válida y respetable, a mi juicio!
Me alegra conocer tu parecer al respecto y que hagas una llamada a la reflexión sobre matices que pueden pasar por alto a la mayoría, obnibulados por los encadenes. Viendo la rapidez con la que resolvió la vía, estoy convencido de que la podría haber encadenado sin modificarla, como bien dices, con algún intento más.
De lo que tampoco me cabe ninguna duda es de que hubiera disfrutado mucho de tu compañía en Montanejos. Y ojalá que si algún día vuelve por El Pilas a probar alguna vía más (¿La Exótica?), aparezcan los verdaderos protagonistas para compartir esos momentos tan especiales.