Escalada olímpica, oro español y el futuro de la competición

Las olimpiadas de Tokio 2020 y el debut olímpico de la escalada deportiva se han hecho esperar más que nunca debido a la pandemia mundial de la covid-19 que paralizó todos los eventos y competiciones nacionales e internacionales que se tenían que celebrar durante el verano pasado. Un año más tarde, con varias vacunas desarrolladas y muchísimas medidas de seguridad, la llama olímpica ha continuado su recorrido.

El muro de competición de Tokio 2020.
El muro de competición de Tokio 2020.

El debut de la escalada olímpica y su formato combinado

El pasado mes de agosto la escalada hizo su gran debut en Tokio como deporte olímpico con toda la expectación de los medios, de la comunidad escaladora y de millones de personas que no conocían nada sobre este deporte.

Uno de los grandes interrogantes desde el principio ha sido el formato en el que se iba a presentar esta competición. La escalada deportiva cuenta con tres modalidades de competición bien diferenciadas: velocidad, búlder y dificultad. El hecho de que para estos juegos la escalada contara con solo tres medallas (una por cada metal) puso en conflicto a la IFSC (Federación Internacional de Escalada Deportiva) a la hora de presentar su candidatura. Con ánimo de no dejar fuera ninguna de las tres modalidades se presentó una propuesta de competición combinada. Esto causó mucho furor en la comunidad y un primer rechazo por parte de los atletas ya que con muy poca antelación han tenido que adaptar todo su plan de entrenamiento para los juegos. Todo ello además con un sistema de puntuación bastante errático que podía hacer que un escalador que ganara una de las tres modalidades acabara sin ganar ninguna medalla. Por hacer una burda comparativa es como si un corredor de cien metros lisos tuviera que entrenar y competir también para un maratón y una prueba de salto con pértiga. ¡De locos!

Los favoritos y el inesperado oro español

Hablar de favoritos en esta competición de formato combinado es realmente difícil. Aún así, entre los veinte atletas masculinos clasificados se encuentran algunos nombres de los grandes de la escalada en roca como Adam Ondra, Jakob Schubert o Alex Megos, los especialistas en búlder Jan Hojer y Alexey Rubtsov, los hermanos Mawem que dominan la velocidad y el local Tomoa Narasaki que por su polivalencia muchos pensaban que se llevaría el oro. Entre las chicas también resuenan algunos nombres como las especialistas en roca Julia Chanourdie y Laura Rogora ambas con 9b en su libreta, las especialistas del búlder Akiyo Noguchi, Shauna Coxsey y Brooke Raboutou, la velocista Aleksandra Miroslaw y la local Miho Nonaka; pero con diferencia la gran favorita de todas era Janja Garnbret que resultó llevarse una bien merecida medalla de oro.

El joven extremeño ha hecho historia con su participación en Tokio.
La clasificación de Alberto Ginés, uno de los escaladores olímpicos más jóvenes (18 años), entre los veinte mejores del mundo había sido un poco más discreta a pesar de sus buenos resultados en otras competiciones, sobre todo en la modalidad de dificultad. Clasificarse para la gran final olímpica ya fue toda una sorpresa y ganar el oro ha sido una gran hazaña histórica. Ahora ya podemos presumir de tener la primera medalla de oro en escalada deportiva gracias a este joven extremeño que ha hecho historia con su participación en Tokio. Alberto ha ido superando dificultades una tras otra haciéndonos vibrar durante todo el evento. Además nos ha hecho descubrir la modalidad de velocidad, en la que los participantes suben por una pared de quince metros en menos de siete segundos, prueba que ganó contra Narasaki en la final sin apenas llevar tiempo entrenando y con problemas para encontrar unas instalaciones decentes. ¡Impresionante!

Alberto Ginés en la final de dificultad en Tokio 2020.
Alberto Ginés en la final de dificultad en Tokio 2020.

Paris 2024 y el futuro de la escalada

Aún con la resaca de estas olimpiadas ya tenemos la mirada puesta en Paris donde la escalada dispondrá de seis medallas a repartir entre las tres diferentes modalidades de competición. La propuesta presentada es de realizar un formato combinado para búlder y dificultad que aún siendo muy diferentes son las modalidades que más cualidades comparten. De este modo la velocidad disfrutará de sus tres propios metales facilitando el entrenamiento y especialización de los atletas. Esperamos que en futuras ediciones podamos ver las tres modalidades por separado, cada una con sus propio oro, plata y bronce como bien se lo merecen.

En los escalada, los números no hacen más que aumentar.
En nuestro país existen miles de zonas en la naturaleza para practicar la escalada deportiva y todavía siguen saliendo nuevas líneas y zonas. Cada vez hay más rocódromos con mejores instalaciones donde poder entrenar mejor. Nuevos estudios salen cada año revolucionando los métodos de entrenamiento mientras cada vez más personas normales alcanzan esos grados estratosféricos que hace años parecían imposibles. Las ventas de material se han disparado… En resumen, en la escalada, los números no hacen más que aumentar.

Que las olimpiadas puedan influir negativamente en la masificación de sectores de escalda y que los escaladores de nueva escuela puedan entrar en conflicto con las normas de convivencia en la naturaleza asusta a bastante gente. Aún así, a veces es curioso pensar que mientras en la escuela de moda haya que hacer cola para probar las vías más populares, siguen habiendo cientos de sectores marginales olvidados, perfectos para esas personas que buscan tranquilidad. Lo realmente importante de este asunto es promover el respeto como norma de vida.

Aquí tienes un enlace a una noticia muy interesante sobre el tema de eldiario.es: ¿Habrá roca para todos?

¿Aventura o competición?

¿Qué es realmente la escalda? Aunque sus orígenes vienen de las ascensiones a las grandes montañas estrechamente relacionadas con el espíritu de aventura, superación y exploración. Con el paso de los años sus modalidades se han ido diversificando en todas las direcciones imaginables: escalada deportiva o búlder, con o sin cuerda, vestido o desnudo, pies de gato extremos o descalzo, sobre el mar, sobre la arena de la playa, con rodilleras, y un sinfín de posibilidades. La escalada, aún en pleno desarrollo, no para de sufrir cambios en la manera en la que se practica y lo bonito es que con el suficiente respeto puedan convivir todos estos estilos y que el desarrollo de la competición de alto nivel no esté reñida con la aventura y compromiso de las grandes escaladas clásicas.

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